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CALCUTA POR KILO
Estuve menos de 24 horas en una ciudad que temía solo por nombre. Me dejé llevar por dos compañeros de hostel a este mercado sin saber nada de lo que me encontraría dentro.
Y paf! La India y su surrealismo! Cientos de personas ocupadísimas cargando cantidades monumentales de frutas y verduras sobre sus cabezas. Otra raza de “hombres-caballo”, como le llamaría Lapierre en la Ciudad de la Alegría a quienes tiran de rickshaws por las calles de Calcuta.
El reloj avanza, los pies no paran y los gritos para que te corras del camino tampoco. Y tú ahí, con tu cámara.
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