Se me quedó grabado en la cabeza cuando un sabio me dijo: no empieces tus oraciones con "pero". Así, cada vez que me dirijo a alguien (y a mí misma) he tenido mayor consciencia del uso de la palabra.
Esto me ha beneficiado al darme mayor presencia en las conversaciones y por tanto analizar cómo la forma en que me expreso tiene un impacto en mi realidad. Y me di cuenta de que prefiero no entrar a las conversaciones con una objeción.
Llenándonos de "peros" se nos vacían los acuerdos, base del por qué el mundo está como está. Elijo crear mayor conexión haciendo un esfuerzo hacia tener conversaciones no violentas y usar las palabras como la herramienta que son.
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