Cuanta plenitud se siente cuando encuentras a alguien que ama tu libertad tanto como tú. Que te abre el espacio para que te expreses con total honestidad y abraza tu vulnerabilidad sin querer modificar ninguna parte de ti. Que disfruta de tu compañía a concho porque sabe que el presente es ahora y no tiene expectativas de retenerte en el futuro. No sin tropezones ni llantos, el viaje me ha regalado una de sus más grandes lecciones: el desapego. Elijo amar de esta forma, porque aquí solo existe la aceptación, la satisfacción y el presente. No hay necesidad de cambiar nada, solo vivir. Y no, no temo entregarme al 100% por miedo a un corazón roto a la hora de la despedida. Prefiero gozar cada minuto en este cruce de caminos en vez de enfocar mi energía en querer capturar el pasado. Así no existe posibilidad de dolor, solo agradecimiento infinito por vivir momentos maravillosos con este guapito ❤️ Hasta la siguiente intersección, querido.
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