Vamos allí donde no espera nada y hallamos todo lo que está esperando —Neruda.
Leyendo sonetos del chileno mientras vuelvo a mi casa temporal, esa que alberga mi vida: mi mochila. Me siento más ligera que nunca sin ella, solo con una muda de ropa, neceser, pasaporte, billetera, celular y el kindle. Me doy cuenta que no necesito más que esto, mi computador y mi cámara. Tengo poco, y aún así lo siento mucho.
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