Ser disciplinada en establecer metas me ha servido muchísimo para irme realizando ya que si no tengo una dirección clara de hacia dónde voy, apunto para cualquier lado. Como me dijo mi mestre: “pida y deje acontecer”. Dicho esto, he tenido que tener mucho cuidado de no hacer estas metas el objetivo principal. Si las miro como el final y no como una trayectoria, me es fácil caer en una sensación de fracaso por las expectativas que me formé –y así en múltiples reproches a mí misma. Mi método ha sido planificar, actuar, ser consciente de las expectativas que se forman en mi cabeza y desecharlas. Obvio que a veces no es nada de fácil, pero poco a poco nos vamos entrenando en este juego llamado vida.
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