top of page

La ruta divergente

Ayer pasé el día entero sentada mirando el mar, en un hostel hermoso en Ilha Grande, con personas aún más lindas. Conversamos con honestidad sobre primeras impresiones, fumamos en rondas mirando los botes pasar frente al jardín del frente y nos mostramos músicas de nuestros respectivos países. Me encanta el sentimiento de pertenecer a un grupo de viajeros que filosofa sobre la vida y la sociedad, pero cada vez me da más pena irlos dejando atrás cuando la ruta nos diverge. Es parte de la experiencia. Me llena de emoción pensar en un próximo encuentro, cada parte con más kilómetros en el cuerpo.

0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Lo poco que necesito

Vamos allí donde no espera nada y hallamos todo lo que está esperando —Neruda. Leyendo sonetos del chileno mientras vuelvo a mi casa...

RIP María Trinidad Matthus

La muerte de María Trinidad Matthus me tocó el alma, porque yo también decidí seguir mi sueño de viajar sola, pero he sido más afortunada...

Meditación diaria

El conocer y practicar la meditación ha sido de las mejores cosas que he hecho por mí, por mi vida y por mi propia felicidad. Viajando es...

Comments


bottom of page